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4.8.05

Maldita Vitamina

Estaba regreso del estudio a mi casa. Mientras esperaba que llegara el tren, meto la mano al bolsillo y encuentro una pastilla multivitaminica que me habia olvidado de tomar. Me la puse en la boca y cuando trate de pasarla, la muy condenada se quedo atracada en la garganta. Como aun no llegaba el tren, fui a los baños de la estacion. Resulta que todos los baños se encuentran cerrados con llave, por medidas de seguridad anti-terroristas. No tuve tiempo de renegar, porque llego mi tren y tenia que abordarlo. Luego de sentarme, me concentro y trato de juntar saliva para poder pasar la pastilla, pero no funcionaba. Poco a poco la pastilla empezo a bajar y sentia como obstruia el ingreso de aire a los pulmones. Cada ves me costaba mas respirar. Empece a sudar poco a poco mientras seguia en el vano intento de acumular la suficiente saliva en la boca, para poder pasar la pastilla. Cuado levanto la mirada y veo a 1 oficial de la policia uniformado manteniendo una conversacion por radio y mirandome fijamente. En la siguiente parada, 2 oficiales uniformados lo acompañaron y enfocaron toda su atencion en mi. A estas alturas yo ya estaba sudando profusamente, el aire me faltaba, no sabia que hacer para sacar la maldita pastilla de mi garganta. Recorde que traia una mochila conmigo, asi que la saque de mi espalda, la coloque en el suelo y cuando fui a abrirla en busca de algo que me pueda sacar del problema, note como los 3 oficiales dieron un paso para atras y uno de ellos se llevo la mano derecha a su cinturon. Fue fraccion de segundos la que me tomo para entender el cuadro. Me habia convertido en un sospechoso de terrorismo. En cualquier otra situacion hubiera pensado un poco mas la situacion antes de actuar, pero en serio que sentia que ya no tenia aire y como sea tenia que sacar la maldita pastilla de la garganta. Fue asi como vomite delante de todos.

La pastilla (naranja) salio de lo mas afable y cayo sobre la alfombra del tren, claro esta, que mr. arroz y doña lechuga venian junto a ella. El estruendo que provocaba la tosida constante llamo la atencion de todo el vagon, pero no me quedo otra mas que limpiarme la boca con la manga y sonreir. Luego de poner una hoja de diario sobre el pequeño "incidente", me coloque los audifonos, prendi el Ipod y cerre los ojos recostandome en el asiento. Claro esta que de paso abri la mochila totalmente para que los 3 individuos vean que no tenia ninguna intension de volar el tren con los mil kilos de explosivos, estoy seguro, pensaban que cargaba.

42 minutos despues llegue al paradero de Concord, abri los ojos y el vagon estaba casi vacion. No habia policias, 2 mexicanos sentados al fondo y Mr. Arroz con doña lechuga seguian arrullando al bastardo multivitaminico.

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