Día Cinco: Buscando a Superman

Al llegar a Detroit lo único que quería hacer era tomar un baño y echarme a dormir en cualquier esquina del aeropuerto. Oficialmente, el cuerpo no da mas.

Hey, Luis!
...
¡LUIS! Aquí...
¿Jeffery?

Y así después de casi 2 años, Jeff Touluse y quien escribe terminan encontrándose en las afueras del Aeropuerto Internacional de Detroit. No hubo mucho tiempo para los saludos, en 5 minutos ya estábamos dentro del auto y este muchacho, finalmente... se quedo dormido.

No pude ver nada de Detroit y tampoco me arrepiento ya que al abrir los ojos, estaba a 10 metros de ingresar a Canadá por primera ves en mi vida. La adrenalina empezó a subir e instantáneamente empezó ese estúpido tic nervioso que me da cada vez que me emociono... intuitivamente empecé a aplaudir.

- Documentos
- Aquí están
- .... ¿Primera ves en Canadá?
Si, y estoy súper emocionado
¿Donde vives? ¿De donde eres? ¿A que te dedicas? ¿Estudias? ¿cuánto dineros traes contigo? ¿algún medicamento? ¿traes productos orgánicos? ¿dónde te vas a quedar? ¿cómo conociste a tus amigos canadienses? ¿hace cuanto tiempo? ¿cuándo fue la ultima ves que se comunicaron? ¿por qué no volaste directo a Canadá en lugar de Detroit? ¿cuándo te vas? ¿a dónde piensas ir? ¿cuánto piensas gastar? ¿eres legal en USA? ¿qué es un diplomático?
- ...

Siempre pensé que los gringos de USA eran jodidos... pero los de Canadá se llevan los meritos y por mucho.

Después del interrogatorio, me derivaron a la sección de migraciones para corroborar mas datos. Ahí vino otra ronda de preguntas y después de 30 minutos el esperado... ¡!!SIGUIENTE!!!

Y así fue como llegue a Canadá.



Para entrar en este país, hay que cruzar el puente Blue Water sobre el río Saint Clara. Y lo primero que uno ve al llegar es... papas fritas y carritos sandwicheros. Aquí es donde aprendí mi primera nueva palabra.



POP = gaseosa.
SODA = palabra estúpida inventada por la gente de USA (definición Canadiense)



Mientras comía mi bastante saludable porción de papas fritas con vinagre blanco, queso derretido, jugo de carne (especialidad local) y tomando un “pop” de naranja, me senté justo donde nace el río Santa Clara proveniente del Lago Hurón. La vista, Los Estados Unidos de Norteamérica.



Camine un poco mas por el malecón de la ciudad llamada Point Edward y entre chiquillos saltando a las aguas y gente mayor comiendo en las bancas, me di cuenta de la ausencia de una generación intermedia. A primera vista, no podía ver a nadie en los 20’s o 30’s.





Por la tarde llegue a Sarnia. Según la investigación previa que había hecho antes de venir a esta ciudad, Sarnia posee 75’000 personas. Según lo que yo estaba viendo, no llega ni a los 100. La ciudad estaba completamente vacía y nuevamente notaba la falta de una generación... la mía.

Llegando al centro del pueblo, entre al café Black River y me senté en las mesas de afuera para conocer mas sobre la vida local mientras tomaba una Canada Dry :)
Me gusto mucho el hecho que todos los que entraban o salían del café, me saludaban y preguntaban como estaba. Hay una atmósfera coloquial típica de pueblo en provincia. La gente es súper amable y siempre esta al pendiente de lo que pasa alrededor. La frase que me vino a la cabeza... “pueblo chico, infierno grande”.



No hay mucho que ver en Sarnia... la plaza, el centro comercial, la playa (el lago) y casas victorianas que parecen sacadas de una película de navidad.



Por la noche antes de dormir... encontré otra señal en la puerta de mi cuarto. Cada ves estoy mas cerca de encontrar a Superman.