Domingo de Resurección

De haber estado viviendo en Peru durante estas epocas, el domingo por la mañana lo hubiera pasado entre arena y botellas vacias en alguna playa del litoral peruano. Pero aqui en San Francisco, el ir de campamento durante semana santa no es la tradicion. Aqui la tradicion dominguera es Brunch con los amigos y como buen muchacho que se adapta a las costumbres locales, el Domingo de Resureccion me toco en casa de Mark y Shannon departiendo entre amigos. Eso si, primero era necesaria una parada de rigor en la Iglesia. Muy religioso que digamos, no soy ni he sido... pero tenia una conversa pendiente con el señor que vive por donde Superman no llega. Despues de mi mini conversa con el de arriba, montamos un taxi y partimos rumbo al vecindario de SOMA en San Francisco.

Al llegar, Mark y Shannon (Ingles y Coreana) habian preparado un brunch digno de admiracion y envidia restaurantera. Al llegar, uno se sentaba en la mesa y ordenaba lo que quisiera que se pudiera preparar con la infinidad de ingredientes en la cocina. Mi opcion, huevos Benedict con Salsa y una Mimosa.



Razon numero 1'985,557 para adorar esta ciudad... Una mesa llena de ciudadanos del Mundo.
Cuba, Peru, Francia, Inglaterra, Corea, China, USA, Mexico, Noruega, Japon, reunidos en la mesa hablando de politica local y el nuevo peinado de Britney Spears.



Otra de las tradiciones en este dia... los anfitriones cocinan y los invitados limpian.



Aun no entiendo toda la costumbre gringa de andar escondiendo huevos de chocolate. Primero, eso de que los conejos anden poniendo huevos me suena a terrorismo mental. Pero lo peor es eso de andar escondiendo chocolate bajo el sol... eso es un acto inhumano y traicionero.








Pero como buen limeño maniatico de sus propias costumbres, pedi prestada la guitarra del anfitrion y luego de un par de canciones, ya tenia a todos los invitados alrededor de la mesa cantando las tipicas "canciones de campamento". Las cosas se pusieron mucho mejor cuando resulto que mas de uno de los invitados tocaba la guitarra y asi el instrumento paso de mano en mano rotando alrededor de la mesa.



A estas alturas de la tarde, ya estaba un poco melancolico recordando aquellos dias de campamentos con la gente de la facultad de ingenieria de sistemas en Lima o la gentita brava de Los Alamos De Monterrico (mi vecindario). Por eso la idea de salir del concreto y pasar a la naturaleza no me parecio descabellada. La intension original era ir a la playa y seguir con la musica alrededor de una fogata, pero a falta de leyes que te permitan hacer una fogata en la playa (esta prohibido por ley) terminamos en el parque caminando y "mongueando" un domingo por la tarde.



Un buen domingo, tranquilo y lleno de recuerdos. La melancolia cundio por unos minutos... pero asi como vino, se fue. Extraño mi familia, mis amigos, mi tierra y mis aventuras por Lima la Malandra, pero mi casa esta en San Francisco y asi lo siento... por ahora.



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