Finalmente, el dia de la inauguracion habia llegado. Para mi suerte, la galeria quedaba a 3 cuadras de mi oficina... 3 cuadras cuesta arriba que se sintieron como 72, pero despues de mucho trajin y 3 paradas tecnicas (para poder respirar), pude llegar.
El estilo de Stephen es aquel que ya no se ve. A pesar de su personalidad vanguadista, su trabajo tiene un aire renasentista. Madonnas y soldados de la guerra civil. Cuartos obscuros y personas sin mayor expresiones faciales son las que dominan la mayoria de su trabajo. Pero algo me llamo mucho la atencion. El hecho que este tipo de arte gana valor cuando la ves en una galeria... y me refiero al valor monetario.
Hacia algunas noche, Stephen y un grupo de amigos estabamos entre sillones, maletas y pinturas tomando coronas y comiendo doritos. En ese momento, cada pintura se valuaba en dedicacion, historia y tiempo. "Esta de aqui vale 3 semanas de mi vida... esta otra un domingo por la tarde".
Dias despues y estando en la galeria entre bocaditos y champagne, la valorizacion de las mismas pinturas cambio radicalmente. "Esta de aqui vale 4800 us$ y esta un poco mas".
Nada de malo en la comercializacion del arte, al fin y al cabo el artista tiene que vivir de algo. Pero me parecio un detalle curioso.
Entre los invitados, varios amigos y en particular un de ellos que andaba clandestino desde algun tiempo y a quien le cayo una resondrada por no aparecerse en mi fiesta. Orlin, Ukraniano y educado de la pandilla.
Con quien puedo hablar y "opinar" cosas politicamente incorrectas sobre otras naciones hermanas por ser vecino mio... Dan, importacion chilena y Chad el americano.
Porque lo mejor de toda inauguracion siempre es la comida y bebida gratis. Chris y Esteban.
El anfitrion de la noche, Stephen Workman sobreviviendo el dilema de ponerle precios a su arte.
Tiempo de volver a casa y hacer las compras en el mercado para la semana. Siempre he creido que ir de noche al supermercado me evita el stress multitudinario y señoras gordas en vestidos floreados.
L.
ps: Esta foto fue de la aventura en Sausalito. El artista en el asiento trasero de Nina (auto de Michelle) mientras cruzabamos el Golden Gate de regreso a la ciudad.
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