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23.5.07

Entrenamiento y Coincidencia

El día D se iba acercando. Pronto me tocaría correr los 12 kilómetros correspondientes a Bay to Breakers, la carrera que atraviesa la ciudad de San Francisco de Este a Oeste.

Para estar seguro de que no haría el ridículo en mi primera participación en este evento, he venido entrenando las ultimas semanas corriendo casi a diario. Al principio llegar a las 2 millas era casi una odisea, pero actualmente 5 millas es el promedio de lo que corro por las tardes.

Fue así que juntando al Español y El Francés, pensé que un paseo en bicicleta con los amigos seria un buen cambio en la rutina del entrenamiento. El plan era simple… manejar desde Walnut Creek hasta Dublín, 20 millas (32 Kilómetros) para luego regresar en el tren.


La verdad es que la pasamos muy bien, uno más rápido que el otro, pero en menos de 2 horas terminamos el circuito y la experiencia fue tan buena que ya existen planes para repetirla en diferentes locaciones y ciudades.

Después de comer en Fuzio, era hora de tomar el tren de regreso a Walnut Creek. Fue aquí donde tuvimos el mayor inconveniente.


Resulta que ingresar al tren con 3 bicicletas no resulto ser muy complicado. Pero salir del tren si resulto ser una aventura generadora de burlas. Es que nos dimos cuenta que el minuto que permanecen las puertas abiertas para la salida y entrada de pasajeros, no es suficiente para que un trío de ciclistas al punto del colapso puedan pararse de sus asientos, tomar las bicicletas y salir por las puertas. Así que después de pasarnos la estación, finalmente pudimos regresar a descansar.
El Peruano y sus malabares de aburrido...


Bueno… mucho descanso no tuve ese día. Tenia que regresar al centro de la ciudad porque un amigo estaba organizando una cena en su casa para recibir a 2 invitados que tenia de México. El cuerpo no estaba para festejos, pero ya me había comprometido y como el Castellano es mi idioma, tenia que ir ya que uno de ellos no hablaba nada de Ingles y la mayoría de los invitados no hablan nada de Castellano.

Sorpresa la mía al llegar a la cena y ver que uno de los agasajados no era exactamente Mexicano. Su nombre es Rafael y es Brasileño, pero no solo eso… Rafael fue testigo en el matrimonio de una de mis hermanas y es un muy buen amigo mío. Es que hace 2 años, el mismo día del matrimonio, Rafael partió a Portland en busca de un mejor futuro donde consiguió un trabajo en la India y al final termino en México trabajando en una joyería. El mundo esta loco…
(Rafael en camisa a cuadros)


En que aventura andaré metido en un par de años???


L.

1 comment:

Marga said...

paaaaaayasetesss, que sois unos payaseteeeess!
besitos,
marga