Para celebrar la llegada, un mini restaurante en Richmond fue el elegido. En el, un arbol en la mesa le da el look particular al lugar.
Nos fuimos muchos los presentes, pero suficientes para pasar una tarde entre amigos, buena conversacion y vino excesivamente caro.
Por cierto... en esta oportunidad no voy a nombrar el restaurante ni su locacion exacta. De no ser por la mesa y los amigos, esta hubiera sido una de mis peores experiencia gastronomicas. Esta bien pagar un poco de mas por la comida que te llevas a la boca si el ambiente y la calidad lo justifica. Pero vamos!, pagar 24 dolares por 5 lechugas con nueces y un trozo de pescado de 4 centimetros de diametro??? Ademas el servicio empezo muy bueno, pero la bromas del mesero terminaron siendo de mal gusto e inoportunas. Aunque la lista de vinos y la recomendacion fue muy buena, esto no ayudo al malestar general por la experiencia.
Para suerte nuestra, una de las comensales no reparo en hacer notar su opinion personal al mesero.
Nada como cenar entre amigos sin mucha tolerancia por las frivolidades
La foto posera de la noche
L.
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