En uno de esos impulsos caracteristicos provenientes de quien escribe, decidi organizar una mini excursion por el sur de San Francisco, Para ser mas preciso, las playas a 2 horas de distancia de la ciudad. Habia una necesidad extrema de abandonar la rutina temporalmente y pasar el dia con un par de muy buenos amigos.
Todo empezo se organiza sin mucho tiempo, James (el vecino) estaba con el auto y sin planes. Don (el compañero de piso) estaba en la misma situacion. Asi que los 3 tres nos juntamos y partimos para Monterrey, un pequeño puerto pesquero (primordialmente sardinas) que queda ubicado entre San Francisco y Los Angeles.
El camino fue bastante divertido... al menos para mi. Yo estaba a cargo de la musica, Don del volante y James de dormir.
Al cumplirse la primera hora de viaje, Don propuso hacer una escala en un pequeño pueblo llamado Pescadero. Este pueblo netamente agricola, cuenta con una panaderia donde tambien venden productos agricolas locales. Ahi descubri una nueva adiccion... El Pan de Alcachofa. Tambien compramos un poco de jugo de manzana, tomates, fresas y duraznos.
Luego del desayuno y guardar lo restante para el viaje, partimos nuevamente por la costa Californiana disfrutando de la vista.
Entre conversaciones y musica de los 80's, llegamos a Monterrey. Ciudad pesquera y playera.
Con mochila a la espalda empezamos a caminar el pueblo para conocerlo mejor.
Personalmente, siempre he tenido debilidad por seguir caminos escondidos. Y esta ves encontre una ruta que iba por debajo de los muelles y construcciones desde la cual se podia apreciar mejor la bahia y la vida animal.
Sin embargo, mis compañeros de aventura no se presentaban muy entusiastas a seguir caminando entre las rocas. Por eso tuvimos que regresar y optar por una via mas comun y transitada.
Caminamos la totalidad del pueblo, poco mas de una hora. Un sitio bastante interesante y turistico. Detalle que no me emociono mucho, pero no afecto el total de la experiencia.
Ok.. a lo importante. Tiempo de visitar los bares locales.
Aqui vino uno de los momentos cumbres de la aventura. El bar contaba con un menu de comida que consistia en frituras y mas frituras. Tipo de cocción que ninguno de los presentes disfrutamos mucho. Por eso pasamos la siguiente hora tratando de ingerir la parte restante de nuestra ración alimenticia desde una mochila y sin ser descubiertos por los responsables del mar.
Tiempo de partir y conocer la famosa ruta de las 17 millas. Una región junto al mar que cuenta con mansiones enormes y un mundiamente conocido campo de golf que pertenece al circuito mundial
Pero primero... pagar las 9 lucas que cuesta el ingreso.
Lo siguiente son algunas tomas vistas desde esta carretera... muy, pero muy impresionante.
Tiempo de regresar... y de fondo, el Sunset californiano.
Un dia bastante ameno... con perseguida de pitbul incluida (por andar meando donde no debiamos)
A dormir se ha dicho
L
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