Cuando aun vivía en Lima, visitaba San Francisco una ves por año. En total habrán sido 3 o 4 veces las que estuve por aquí antes de mudarme finalmente. Sin embargo, en ninguna de esas oportunidades pude conocer uno de los secretos mejor guardados de esta ciudad, uno llamado Dolores Park.
Se podría decir que este parque cuenta con una de las ubicaciones mas privilegiadas y únicas en todo el estado. Esta al norte de los bares punk y de ciclistas. Al sur de Castro y los restaurantes de lujo. Al Este de la zona residencial y al oeste de la financiera. Pero lo más importante, se encuentre fuera del circuito turístico de la ciudad. Es decir, un oasis sin turistas desde el cual se puede ver gran parte de la ciudad.
El día de ayer tuve la suerte de cerrar un contrato nuevo. Este proyecto me ayudara a financiar nuevas aventuras y expandir mi cartera de clientes. Fue por eso que para celebrar la ocasión y aprovechando los días de sol, me fui al parque a almorzar y pasar una tarde de verano muy san franciscana entre locales y personajes... a las 2 de la tarde. Cabe recalcar que el clima en esta ciudad es muy diferente al resto del país. Aquí el verano empieza a finales de Agosto y va a hasta principios de noviembre. Un raro fenómeno climatológico llamado “Verano Indio”.
Primero lo primero… encontrar un lugar apropiado para tender los jamones al sol sin incidencias peculiares ni ruidos sangra-oídos (entiéndase llanto de bebes)
Este parece un buen lugar… a mi derecha. Nada… bueno, un tio en calzoncillos celestes pero nada grave.
A mi izquierda, no bebes a la vista. Creo que alguien le tiene que decir a ese señor que las tangas rojas sobre toallas con motivos mayas no son una buena combinación
Y lo mas importante.. frente a mi. Nadie. Solo San Pancho y sus edificaciones. Listo, este es el lugar perfecto para desencurtir las adiposidades y ver si el sol tiene un efecto uva en el cuerpo y me reduce la barriga como una pasa.
La foto posera del día a cargo del “MUY MUY” terrestre
Mientras comía un focaccia de pollo con pesto y leía “Las Edades de Lulu”, recordé que este parque no siempre es así de tranquilo. En varias oportunidades he sido testigo de conciertos, festivales, marchas políticas y uno que otro evento extra curricular. Siendo el mas memorable, la final del Mundial de Fútbol del 2006.
Durante todo el mundial, hubo un chico francés que venia al parque son un televisor conectado con una batería, y se juntaba con un grupo de gente a disfrutar de los partidos. A medida que avanzaba el torneo, su pequeño grupo de amigos fue creciendo cada ves mas y llego el momento en el cual se hacia difícil apreciar las imágenes. Este mismo chico francés, tuvo la genial idea de organizar un grupo de personas, alquilar una pantalla gigante, alquilar una grúa desde la cual colgó la pantalla y en pleno parque instalo todo su equipo.
Para la final del mundial, miles de personas oyeron la historia y abarrotaron el parque por completo para ver el partido.
Una cosa que siempre me sorprende en esta ciudad es el espíritu de compañerismo que existe. El Frances organizador, había puesto una caja de cartón (donde entran 12 botellas de vino) junto a la pantalla con un cartelito que decía “Donaciones” para cubrir los costos de alquiler. Sin exagerar, esa tarde lleno unas 15 cajas con billetes. Su buena acción le sirvió para juntar buen dinero en “donaciones” libre de impuestos. Hay que recalcar que las donaciones eran voluntarias.
Bueno… ya es tiempo de regresar a casa y lavar ropa. No todo es relajo en esta vida y esta técnica que tengo que lavar ropa una ves al mes no ha resultado ser muy entretenida. 7 cargas de ropa y aun me quedan 3 para hoy día.
Un videito de despedida. Momento en el cual Italia se corona campeón del Mundo en el Parque Dolores.
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